
Escuela Popular Casa de Saberes: un proceso formativo para fortalecer la paz y la reconciliación en el sur del país
En el Alto Putumayo, el territorio del Valle de Sibundoy fue escenario del inicio del LabDelSaber, un espacio de encuentro, aprendizaje y tejido comunitario que comenzó con un momento de armonización junto al colectivo juvenil MOJUKT y la Corporación Las Wayras.
Esta jornada marcó la apertura de una nueva etapa tras la participación en el Encuentro Nacional ‘Conectando Voces y Estrategias’ realizado en Cali, y se inauguró con una ceremonia de armonización, comprendida como el primer tejido simbólico necesario para fortalecer la juntanza de saberes y propósitos compartidos.
Este espacio se inauguró con la armonización, entendida como uno de los primeros tejidos necesarios para entrelazar y fortalecer la juntanza de saberes. Jóvenes indígenas Kamëntsá compartieron el trabajo que han venido desarrollando durante varios años en torno a pedagogía, memoria, identidad y medio ambiente. Asimismo, se socializó la experiencia de Justapaz y la propuesta del Laboratorio del Saber (LabDelSaber) como un espacio de diálogo y construcción colectiva.
Como parte del acto simbólico se pidió permiso al territorio, reconociendo los saberes tanto juveniles como de los mayores. Posteriormente, las y los participantes construyeron de manera colectiva el cronograma de actividades, articulado con las acciones del Mes por la Paz, Pan y Paz, los ejes pedagógicos del proceso, la articulación activa del colectivo de comunicación y al diplomado en curso Narrativas de Resistencia Territorial.
Uno de los momentos más significativos fue el encendido de la ‘llama de la intención’ con el abuelo fuego, un gesto de respeto y propósito que dio paso al tejido comunitario, símbolo de las pedagogías vivas y de la juntanza que continúa creciendo en el territorio.
Entre hilos, fuego y palabra, el LabDelSaber reafirma que la paz también se construye desde el aprendizaje colectivo, reconocimiento de los saberes y el respeto por la memoria. En el Valle de Sibundoy, cada tejido es una lección viva de armonía entre generaciones, una muestra de que cuando los saberes se entrelazan, florecen nuevos caminos.




