Reflexiones sobre las razones y agenda del Paro Nacional del 28 de abril 2021
Vigilia en conmemoración al Día Nacional del Niño y de la Niña
LAS MUJERES CRISTIANAS ALZAMOS NUESTRA VOZ: RECHAZAMOS TODO HECHO DE VIOLENCIAS BASADAS EN GÉNERO EN CONTRA DE LA MOVILIZACIÓN SOCIAL
Las Mujeres Cristianas y diversas de los distintos territorios que hacen parte de procesos organizativos de la Red de mujeres de la Comisión de Paz de CEDECOL y las organizaciones que subcriben; Justapaz, Confraternidad Carcelaria, Unibautista, Visión Agape, Paz y Esperanza, World Visión y CORSOC nos solidarizamos con el Paro Nacional. Consideramos que son justas las razones por las cuales todas y todos nos movilizamos pacíficamente en los distintos puntos desde la diversidad que representa Colombia y los sentires de tantas décadas acallados.
La indignación ciudadana frente a un sistema social profundamente dividido por la baja gobernanza, los altos índices de corrupción, los malos manejos de distribución de recursos económicos, financieros y de gestión del suelo del Gobierno Nacional, que oprimen al pueblo y que prioriza las políticas de despojo, neoliberales, extractivistas y de militarización de los territorios urbanos y rurales del país, se materializan en la movilización ciudadana, debates democráticos, así como pliegos de petición del Paro Nacional y las expresiones populares y artísticas.
Con esto hacemos un llamado urgente al Gobierno de Iván Duque, para que garantice la seguridad y el legítimo derecho a la protesta como medio para manifestar necesidades, inconformidades y exigencias colectivas, con miras a garantizar la participación ciudadana, los DDHH y el DIH de todos y todas las colombianas, independientemente de su género, etnicidad o estatus económico.
Más que cifras, hoy invitamos al presidente Ivan Duque a reconocer y visibilizar la situación de las mujeres en el país, quienes históricamente hemos sufrido una serie de vulneraciones a nuestros derechos, consecuencia de la desigualdad, la inequidad y la exclusión a medios productivos, económicos, educativos y acceso a la justicia; como medio fundamental para la reivindicación a hechos de violencia generados por la militarización legal, el conflicto armado, la criminalidad y la exposición a dinámicas de violencia armada y desigualdad social; las cuales han amenazado por décadas la cotidianidad y proyectos de vida de las mujeres, dejando un alto saldo de afectaciones a sus cuerpos y territorios.
Respecto a la coyuntura que se vive a nivel global conocida como la Covid-19, es importante reconocer, visibilizar y atender las afectaciones generadas por la pandemia en las mujeres, lo cual se traduce en: limitación al acceso laboral o pérdida de empleo, violencia económica, aumento de cargas de cuidado, salud mental entre otro tipo de afectaciones como las cifras de hechos de violencia contra las mujeres, la persecución política, amenaza y asesinato de lideresas defensoras de paz y de DDHH como el caso de las hermanas de la iglesia Alianza cristiana: Clefofe Fajardo y Maria Hurtado que fueron asesinadas en el marco de la pandemia actual a causa del incumplimiento de los acuerdos de paz, son ejemplo de una situación que presenta la urgencia de garantizar la participación de las mujeres, el cumplimiento de los acuerdos de paz involucrando de manera más decisiva el enfoque de género, los DDHH y cotidianidades de las mujeres Colombianas.
Con relación a la coyuntura del Paro Nacional entre el 28 de abril y el 17 de mayo de 2021, la plataforma GRITA de la ONG Temblores que realiza seguimiento al Paro Nacional, documentó 2.387 casos de violencia policial. Entre estos se registrán 43 homicidios, 384 hechos de violencia física y 18 hechos de violencia sexual o algún tipo de violencia de género. Por tanto, las Mujeres que integramos las organizaciones que conforman la Red Nacional de Mujeres de la comisión de Paz de CEDECOL y Justapaz rechazamos todos los tipos de violencia y violencia basada en género ejercidas contra los y las manifestantes del Paro Nacional.
Las mujeres de iglesia insistimos en las opciones del diálogo social y la concertación entre el Gobierno y la sociedad civil sobre las políticas sociales, económicas, paz y Derechos humanos, y en particular acompañamos las agendas sociales y de paz que se vienen gestando desde el movimiento sindical, educativo y de derechos humanos. Nos sumamos en oración y solidaridad con personas y familias que han sido afectadas por los hechos violentos. La violencia no es la solución y sólo deja dolor, rencores y muerte.
¡Los cuerpos de las mujeres no son botín, ni instrumento de guerra, ni territorio de disputa, rechazamos rotundamente la violencia sexual y la violencia de género ejercida por la fuerza pública en el marco del Paro Nacional y exigimos justicia a las víctimas y garantías de no repetición!
“Bienaventuradas las que tienen hambre y sed de justicia porque ellas serán saciadas” Mateo 5:6.