LLAMADO POR LA PAZ Y LA VIDA DE LAS MUJERES DESDE LAS IGLESIAS.
El cuidado de las que nos cuidan: el camino a la equidad, libertad y paz
NÓMADAS, LA APUESTA DE JÓVENES CALEÑOS POR CULTIVAR ACCIONES NOVIOLENTAS Y DE PAZ
POR: ANDRÉS APONTE
En 2019, algunos jóvenes de la capital del Valle del Cauca, Cali, conformaron el colectivo Nómadas con la intención de fortalecer sus capacidades socioemocionales como el liderazgo social, y construcción de paz en temas de Objeción de Conciencia y Prevención al Reclutamiento de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ), quienes a diario están expuestos a ser utilizados de manera indiscriminada por parte de bandas criminales y grupos armados ilegales. Dicho propósito, aunque lo percibían hace un par de años, como una meta ambiciosa y difícil de lograr por la normalización del reclutamiento de menores en la sociedad caleña. Hoy a 2021, los esfuerzos por movilizar acciones a favor de una cultura noviolenta, de paz sostenible, y duradera, se empiezan a visibilizar.
La transición hacia una transformación social noviolenta, inició en pleno auge de la pandemia por la Covid-19, luego de la tragedia del 12 de agosto, en la que fueron asesinados 5 jóvenes entre los 14 y 16 años. La noticia que sacudió a la capital del Valle y a todo el país, fue el detonante de una bomba social, que expuso toda la violencia con que viven las comunidades de las comunas más pobres de la capital del Valle, cuya cotidianidad se alimenta de toda clase de odios como rabia de fuerzas armadas, riñas entre pandillas y disputas de bandas territoriales que buscan reclutar menores de edad con fuertes nexos con el narcotráfico.
El colectivo Nómadas, integrado en su mayoría por jóvenes de la Iglesia Cruzada Torre Fuerte quienes en medio del temor de salir a las calles a pronunciarse en contra de los armados y en su interior cauterizaban los sentimientos que generan el dolor por su comunidad, encontraron el apoyo de JUSTAPAZ, quien realizó un llamado a varias comunidades socio-eclesiales buscando jóvenes y adultos dispuestos a la labor social noviolenta, dentro de las que se destaca la Iglesia Cruzada el Shadai, comunidad eclesial aliada que padecía las mismas violencias, con un fuerte liderazgo de las mujeres que sentían la necesidad de una construcción de paz en los territorios.
Dicha alianza entre las dos comunidades socio-eclesiales, que se motivan mutuamente y se preparan para apoyar a todos los jóvenes líderes de paz, así como a todo aquello que conlleva a una transformación social. En septiembre de 2020 realizaron una semana por la paz, en la que participaron aproximadamente 200 niños, niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres, quienes, a través del arte como el trabajo con pintura, arcilla, tejido y otras experiencias culturales y artísticas, logran involucrar a la comunidad afectada y darle una nueva perspectiva de vida mediante el empoderamiento de derechos.
Pese a los esfuerzos por cultivar una cultura de paz y transformación social, en octubre del año pasado un joven miembro de la iglesia el Shadai “Jeison” quien participaba en los procesos con JUSTAPAZ, iba en su bicicleta cuando fue empujado y arrollado por un bus, dos personas pretendían hurtarle su medio de transporte, Jeisón murió después de 4 días en cuidados intensivos.
La iglesia enlutó y a pesar de todos los motivos para quedarse en la tristeza y el dolor, decidieron continuar desde un trabajo de transformación comunitaria, en la cual, los jóvenes son protagonistas. Frente al hecho, y a modo de reparación simbólica, los jóvenes de la comuna 13 se organizaron con un claro mensaje “no más niños, niñas, adolescentes, ni jóvenes involucrados en la guerra”, y es así como en un fin de semana como semilla de esperanza, sembraron más de 30 árboles frente al corredor peatonal que colinda con un caño de aguas negras, objeto por años de la reproducción de todo tipo de violencias y destinado al consumo de sustancias psicoactivas. Dicho espacio, además, fue cercado y pintado, generando así una transformación y un reconocimiento en la comunidad de un cambio social a través de la noviolencia.
Aunque los retos aún persisten, las violencias continúan, pero estos jóvenes ya tienen una identidad y un propósito noviolento, de construcción de paz, y de memoria.