Comunicado sobre asesinato de la familia Pastoral en Aguachica, César

La Asociación Cristiana Menonita para Justicia, Paz y Acción Noviolenta, Justapaz, expresa su profunda solidaridad y dolor ante el asesinato de la familia pastoral Lora Rincón en Aguachica, Cesar. Nos unimos en oración con sus familiares y la Iglesia Príncipe de Paz, pidiendo a Dios que les brinde consuelo y fortaleza, recordando las promesas de vida eterna en Cristo.

Instamos al Estado colombiano a llevar a cabo una investigación rigurosa que permita esclarecer los hechos, garantizar justicia y reparar integralmente a las víctimas, incluyendo a la comunidad de fe afectada. Es esencial reconocer las condiciones de vulnerabilidad que enfrentan los líderes religiosos en zonas rurales afectadas por el conflicto armado, quienes, a través de su ministerio, son promotores de paz y reconciliación.

Hacemos un llamado al Gobierno Nacional para activar mecanismos efectivos de protección integral para los lideresas y líderes religiosos y sus comunidades, reconociendo su papel en la construcción de paz y su contribución en los temas de derechos humanos y reconciliación. También instamos al fortalecimiento de su participación en iniciativas clave, como las mesas territoriales de paz y la implementación del Acuerdo de Paz.

Este trágico hecho, que se suma a otros registrados en diferentes regiones del país, evidencia la urgencia de proteger a quienes trabajan por la paz en contextos de alta vulnerabilidad. Recordamos al Estado su obligación de garantizar la vida, la integridad y el derecho al ejercicio libre del ministerio pastoral, conforme al marco de derechos humanos y los compromisos internacionales de Colombia.

Desde nuestra experiencia de fe, reiteramos nuestro compromiso de acompañar los esfuerzos de diálogo y reconciliación que conduzcan a una salida negociada al conflicto armado. Llamamos a todas las iglesias, organizaciones sociales y sectores comunitarios a unir esfuerzos en la búsqueda de justicia, protección y respeto por la vida y la labor de quienes son luz de esperanza en medio de la adversidad.

Que el Dios de la vida continúe fortaleciendo y protegiendo a las comunidades de fe, sus líderes y lideresas, y que nos guíe a todos y todas en el camino hacia la paz y la justicia.