
Comunicado Conjunto de Organizaciones de Derechos Humanos, Antimilitaristas y Juveniles sobre la Adquisición de Aviones de Combate por el Gobierno Colombiano

Justapaz participó en el Congreso de Paz
Trenzando Saberes: Niños, niñas, adolescentes y jóvenes están fortaleciendo sus habilidades de liderazgo e incidencia en Nariño
Justapaz avanza con el proceso pedagógico Trenzando Saberes de fortalecimiento de capacidades para las niñas, niños y adolescentes, que, a través del reconocimiento de sus derechos, la promoción de una comunicación alternativa y el cuidado de su salud mental, promueva y potencie liderazgos positivos y acordes a la realidad de su comunidad.
Esta estrategia tiene por interés fomentar entornos seguros y protectores para la niñez, la adolescencia y la juventud, siendo un espacio que promueve la protección de los derechos de esta población y disminuyendo los efectos del conflicto armado sobre sus proyectos de vida.
Justapaz hizo parte del espacio “¿Por qué comunicar y exigir los derechos es para necios?” del proceso Trenzando Saberes, en el cual niños, niñas y adolescentes están fortaleciendo sus habilidades de incidencia en Nariño.
La transformación de diversas realidades que ocurren en los territorios de nuestro país, pasa por el reconocimiento de las experiencias, ideas y opiniones de las personas que allí habitan. Uno de los actores que son claves para promover acciones que realmente tengan impacto, son los niños, niñas adolescentes y jóvenes, ya que hay afectaciones que les impactan directamente a ellos y ellas y a sus derechos.
Una de las vulneraciones que ha sido una constante en el país, ha sido el reclutamiento forzado de menores de 18 años por parte de grupos armados ilegales. De hecho, según la Defensoría del Pueblo, durante el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2024, 409 niñas, niños y adolescentes fueron víctimas de este delito, el cual vino en aumento respecto al año 2023, periodo en el que se registraron 342 casos.
Una de las zonas con mayores reportes fue Nariño, en donde hubo un total de 10 casos informados a la Defensoría del Pueblo. Es importante precisar que el subregistro impide cuantificar con exactitud la magnitud del problema, así como presuntas responsabilidades.
Ante esto, y un panorama que en el que la vulneración de derechos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes es constante, es importante escuchar sus voces y propuestas, y por eso desde Justapaz se avanza en los municipios de Samaniego y Pasto de Nariño, en el proceso Trenzando Saberes, una iniciativa que busca promover espacios de comunicación para la Paz, la incidencia, la salud mental y la exigibilidad de derechos.
Como parte de esta acción se han realizado dos, de seis espacios previstos, los cuales han tenido como objetivo fortalecer la participación de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes para la incidencia política, la autonomía territorial y la promoción de entornos protectores. En estos participaron aproximadamente 30 menores de 18 años del Semillero de Investigación Museo Escolar de la Memoria Recuerdos de mi Wayko de la Institución Educativa Policarpa Salavarrieta, Samaniego y 13 jóvenes de la Plataforma de Juventud del mismo municipio.
Adicionalmente, a este proceso también se sumaron 25 niñas, niños y jóvenes de la Escuela Gestores de Paz de Pasto, en el marco del proyecto “Voces Jóvenes, Derechos Fuertes: Diálogos y Acción para niñas, niños, adolescentes y jóvenes”, una alianza entre el área de Objeción de conciencia, y acción Noviolenta de Justapaz y Comundo.
Durante las jornadas se han abordado tres ejes fundamentales: comunicación, salud mental y derechos a través de actividades participativas y simbólicas que facilitaron la reflexión crítica. En el primer módulo, se desarrollaron dinámicas como “Vendando la boca” y el “Desafío de la Verdad”, que propiciaron la sensibilización sobre la importancia de la voz de niños, niñas, adolescentes y jóvenes el poder de la información y el impacto de la desinformación. Además, se compartió una cápsula psicosocial donde se reconocieron emociones asociadas a la injusticia, y se brindaron herramientas para tratarlas desde el cuidado emocional individual y colectivo.
En el segundo módulo, se profundizó en la apropiación de los derechos a través de ejercicios como “Los bajitos”, que evidenció desigualdades simbólicas y generó preguntas clave sobre el acceso equitativo a los derechos. También se reforzaron conceptos de comunicación como herramienta para exigir derechos, incorporando juegos, improvisación y ejercicios de voz. Las actividades fortalecieron la expresión individual y colectiva, permitiendo a los y los participantes conectar lo que les indigna con la necesidad de narrar, comunicar y transformar su realidad en el territorio.
Estos espacios nos permiten seguir impactando y acompañando a quienes habitan territorios marcados por diferentes circunstancias sociales. Además, nos da herramientas para continuar procesos pedagógicos y psicosociales partiendo del reconocimiento de las experiencias de las personas con las que tejemos acciones y movilizando el liderazgo y la participación juvenil.