JUSTAPAZ Condena la violación de Derechos Humanos y hostigamiento a la población civil por los recientes ataques efectuados por el ELN

El fruto de la justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

Los hechos ocurridos el pasado 29 de marzo de 2023 contra la guarnición del Ejército Nacional en la región del Catatumbo en donde fueron asesinados 7 soldados que prestaban servicio militar y 2 suboficiales, además de los hostigamientos contra la población civil en Cauca, Arauca, Sur de Bolívar, Chocó y Nariño, son graves vulneraciones de derechos humanos que afectan de manera integral la seguridad de los y las pobladoras de las distintas regiones.

Hacemos un llamado al Gobierno Nacional y a los actores armados a respetar y garantizar los derechos humanos de la población afectada, y a tomar medidas para prevenir futuros hechos que lesionen la vida, la dignidad y la libre movilización en los territorios.

Desde Justapaz:

• Reafirmamos nuestro apoyo a la mesa de negociación entre Gobierno y ELN e instamos a las partes a “no levantarse de la mesa”.
• Solicitamos agilizar los acuerdos sobre el cese de fuego y de hostilidades con mecanismos y protocolos que faciliten su verificación, con el fin de prevenir situaciones que afecten la vida e integridad de los y las pobladoras.
• Rechazamos enfáticamente los ataques, acciones bélicas y prácticas militaristas que comprometen gravemente la seguridad e integridad de la población y en particular de los y las niñas, de los y las jóvenes.
• Instamos al Gobierno Nacional y al ELN a que avancen en la agenda concertada y se agilicen los procesos y mecanismos de participación y se dé continuidad a los alivios humanitarios que son de urgente cumplimiento en los territorios.
• Reiteramos nuestro apoyo a la política de Paz Total como escenario de justicia social y camino para la reconciliación social.
• Presentamos nuestras oraciones a las familias de los militares que murieron y quedaron heridos. Nuestra solidaridad a los y las lideresas sociales que siguen siendo afectados por las violencias del conflicto armado.

Nos unimos a las voces de las organizaciones sociales, comunitarias y de las Iglesias, que exigen compromisos concretos para solucionar la crisis humanitaria, y que confían en el carácter vinculante de los diálogos regionales de paz.

Oramos a Dios para que nuestro país transite de la guerra al diálogo social, la Justicia y la Paz, un camino lleno de esperanza desde los territorios, con la participación de los y las lideresas sociales que son actores claves para paz total.